viernes, 28 de diciembre de 2012

Capítulo 2 - Historia sin nombre

Mira atentamente la pantalla del ordenador mientras suspira. Un punto verde y su nombre en la lista le confirman que está conectado. Ella nunca se atrevería a hablarle, pero le reconforta de cierta manera verlo ahí.
Desvía la vista hacia el escritorio. Observa aquel retrato detenidamente, buscando algún error. Apenas lleva unos meses practicando y siente que lo hace fatal. Pero no piensa desistir. Algún día será una buena dibujante. Está convencida de ello. Cierra los ojos y se los frota. Permanece así un rato, hasta que un ruidito molesto le indica que alguien le ha hablado. Protesta en voz baja. Odia que la interrumpan de esa forma.
Cómo no, es Carlos. No piensa contestar. Lee rápidamente lo que le ha escrito y cierra la conversación. Pero él sigue escribiendo. ¿Cuándo piensa dejarla en paz?
Coge otro folio y se dedica a hacer garabatos sin sentido. También escribe varias letras de canciones y frases de los libros que se ha leído últimamente. Cuando se arma de valor, lee y relee la conversación hasta casi sabérsela de memoria.
Carlos:
Hola...
¿Por qué pasas de mí? Ya estoy harto de ver cómo nuestra relación no avanza.
Y no entiendo por qué sigues sin querer hablarme, como tampoco entiendo lo que te llevó a pensar que no siento nada por ti.
Aunque en el fondo la culpa es mía. Pensé que lo nuestro duraría para siempre.
Te echo de menos, Kendra.
Y te sigo queriendo.
Mientras lo lee por última vez, el chico se desconecta.
Cierra la pantalla de su ordenador. La tapa es del mismo tono de morado que su pelo. Tal vez por eso se lo compró. Y también para otras cosas. Cosas de las que ahora se arrepiente profundamente.
Empieza a llorar. Lo hace silenciosamente, para que nadie pueda oírle. No quiere que nadie se entere de la existencia de Carlos.
Se tumba en la cama, de lado, y empieza a respirar lentamente. Poco a poco, las lágrimas van terminando, cosa que no hace más que darle sueño. Pero todavía no quiere dormir, así que se levanta y mira su rostro en un espejo con forma de estrella que hay colocado en su habitación. Tiene los ojos hinchados, la nariz roja y el verde de sus ojos parece haber perdido brillo. No le importa. Esta va a ser la última vez que llore por Carlos. ¿Cuántas lágrimas ha derramado ya por él? Prefiere no saberlo. Mira la hora en su reloj de pulsera. Es bastante tarde, así que sale de su habitación con la esperanza de que estén todas dormidas. Entra en el baño y se limpia la cara. Sigue estando fatal, pero no le importa. Esto le sirve para despejarse un poco.
Una vez en la cama, coge su manoseado ejemplar de ¡Buenos días, princesa! Adora ese libro. Se siente feliz leyéndolo, como si su destino también pudiera cambiar de esa forma. Sueña a menudo con algo así. Bosteza. Serán algo más de las tres de la madrugada. Apaga la luz y se mete bajo las mantas.

Ha sido una noche sin sueños. O al menos, sin ningún sueño que recordar. Una vez escuchó algo así como que se sueña toda la noche. Pero ella casi nunca recuerda nada. Tampoco es que tenga muchas cosas por las que soñar
Se oyen varios gritos. Kendra sabe a quién pertenecen. Su compañera de piso había pasado la noche con su novio en su habitación, por lo que estaba escuchando lo que venía a ser un polvo mañanero casi a las doce de la mañana.
Resopla. La verdad es que le da algo de envidia. Y encima Fran es tan bueno con Audrey...
Aunque él no es, ni de lejos, el chico por el que se pasa la mayor parte del día suspirando.
Piensa que algún día podía pasarle a ella, que nada es imposible, y mucho menos esto. Tendría un chico que le dijera que la quería. Pero no se lo cree. Ella no es como los demás, y eso implica que tampoco le va a pasar nada cotidiano.
Sigue oyendo gritos así que se viste y sale de su habitación. En la cocina se encuentra a Mica, su otra compañera de piso. Se está tomando un café mientras estudia. Ella tan responsable como siempre.
-Buenos días, Mica.
-¡Buenos días! ¿Quieres uno? - pregunta alzando la taza. Ella niega con la cabeza.
-Prefiero ir a algún sitio a desayunar. No hay quien duerma con este ruido...
-Tienes razón – dice soltando una risilla nerviosa -. Yo pasaré la tarde en la biblioteca, por si te aburres. Podríamos ir a algún sitio.
-Sí, por qué no.
Dicho esto, prepara algunas cosas y sale a la calle. Hoy prefiere bajar por las escaleras para poder mover las piernas.
Sigue con la pequeña esperanza de que su futuro puede cambiar. Aunque, de momento, no sabe la razón que tiene.

4 comentarios:

  1. Me gusta mucho.
    Escribes super bien :)

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  2. Reafirmo lo que he dicho en mi anterior comentario y le doy más uno al de arriba xDD Me gusta mucho, mucho, mucho ^^ ¿A eso te referías con lo pornoso? e.e
    Me gusta el nombre de Kendra, es tan... no sé. Tiene algo que me gusta mucho xD
    Y, ya sabes, avisa cuando tengas más *-*
    ¡Y lee Cincuenta Sombras, jodía! O voy allí y te obligo a leer :D
    Un besuuu :DD

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    Respuestas
    1. Oh >////< A mi me gusta mucho mucho que me comentes:3 No mujer D: Ya habrá más cosillas... xDDDD
      ¿A que sí? *-* Lo vi buscando nombres y dije ese es perfecto *_* Claro amor<3 Creo que para mañana lo tendré listo :3
      ¡Tengo una montaña de libros que leer! Pero prometo echarles un vistacillo TT^TT Aunque si vienes y me obligas mejor :D
      Besos loqui<333

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